domingo, 21 de diciembre de 2014

Nuevo Artículo Actividad Física, Deporte y Salud

 

"Relajación y Actividad Física"

 

Actividad Física, Deporte y Salud

 

"Relajación y Actividad Física"

 

Hoy, como artículo de despedida del presente año, vamos a exponer en palabras aportes esenciales, acerca de; la relajación y la Actividad Física; ya que siempre que hablamos de la práctica saludable de actividades físicas y deportivas lo hacemos para sentirnos mejor ya que nuestro actual estilo de vida nos lleva siempre a distintos tipos de complicaciones, por ello otro de los puntos centrales desde la conceptualización actual de la Salud es la relajación, que  debe ocupar un lugar central en nuestras vidas para afrontarla cada día mejor.

A nivel mental, la relajación tiene muchos beneficios:
No sólo nos despeja, sino que nos permite pensar con mayor claridad y de una forma más creativa, puesto que al relajarnos, se activan ambos hemisferios del cerebro. Provoca una sensación de paz y tranquilidad que dura a lo largo del día.

Además, estos beneficios son acumulativos y evolutivos, ya que a más relajación, más tranquilidad. Esto sucede cuando hacemos de la relajación consciente una práctica diaria. Cuando más practicamos las técnicas de relajación.

 

Relajación Muscular

 

Beneficios a nivel físico, comprobados de forma científica.

 

ü  Disminución de la presión arterial y del ritmo cardiaco.

ü  Regulación de la respiración, lo que aporta un mayor nivel de oxigenación al cerebro y a las células en general. Sobre todo, estimula el riego sanguíneo.

ü  Disminución de la tensión muscular.

ü  Reducción de los niveles de secreción de adrenalina y noradrenalina por las glándulas suprarrenales.

ü  Aumento de la vasodilatación general, lo que trae consigo una mayor oxigenación periférica.

ü  Reducción en los niveles de colesterol malo y triglicéridos en sangre.

 

"A modo de conclusión en este artículo de divulgación es menester comprender que debemos realizar actividades conjuntas dentro del marco de la Salud es decir, solidificar nuestras praxis en Actividades Físicas y adherir actividades diversas de Relajación corporal específicas para cada uno de nosotros, de acuerdo a cada una de nuestras necesidades, y así  despejarnos de las actividades de la vida diaria, permitirnos  pensar más y mejor con mayor claridad y de una forma más inteligente, provocando superiores sensaciones de paz y tranquilidad". (Carballo, C. 2013).

"A todos los lectores de la presente columna y del presente medio, muchas gracias por acompañarnos; y Felicidades en las venideras Fiestas"

 

Lic. Casiano Carballo

 

lunes, 1 de diciembre de 2014

"Actividad Física y Capacidades Funcionales"

Actividad Física, Deportey Salud

"Actividad Física y Capacidades Funcionales"

"Necesidad de ampliar la actividad física para mantener las capacidades funcionales".
 La Salud ósea, prevención de la osteoporosis y fracturas relacionadas.
    En el informe "Physical Activity and Health", afirma lo siguiente:
   "La actividad física regular es necesaria para mantener una fuerza muscular normal y la estructura y la función de las articulaciones.  Efectuada con la intensidad recomendada para la mejora de la salud, este tipo de actividad no se asocia a la lesión de las articulaciones ni al desarrollo de artrosis, y puede resultar beneficiosa para muchas personas que padecen artritis".

  *  La actividad física de competición puede asociarse al desarrollo de artrosis en una etapa posterior de la vida, aunque la causa probable de este trastorno es el padecimiento de lesiones relacionadas con la práctica deportiva.
    Se dispone de datos esperanzadores que indican que los ejercicios de fortalecimiento y otras formas de entrenamiento en adultos de edad avanzada contribuyen a conservar la capacidad para mantener una vida independiente y reducir el riesgo de caídas.
    Recientes estudios experimentales y de intervención han aportado nuevos datos que demuestran los beneficios de la actividad física en la prevención de la osteoporosis y las fracturas relacionadas con esta enfermedad, basados en el aumento o el mantenimiento de la masa ósea y de la solidez de los huesos (Heinonen y cols. 1996, Kohrt y cols. 1995, Welsh y Rutherford 1996) y en la disminución del riesgo de caídas (Lord y cols. 1996, Grisso y cols. 1997). La actividad física es uno de los factores esenciales en los intentos de conservar una estructura ósea de una solidez suficiente hasta una edad avanzada. Se ha puesto de relieve que los huesos son especialmente sensibles a los beneficios generados por la actividad física justo antes y durante la pubertad (Kannus y cols. 1995, Haapasalo y cols. 1996, Morris y cols. 1997). 
 *  La necesidad de prevenir la osteoporosis y las fracturas relacionadas con esta enfermedad es evidente si se considera la expansión del número de personas de edad avanzada y la cantidad y el aumento de las fracturas registradas.
    Estudios recientes apoyan la recomendación relativa a la inclusión del ejercicio como parte del tratamiento indicado para la artrosis (Ettinger y cols. 1997).  
    Una función articular deficiente y dolorosa es un trastorno común que reduce la capacidad funcional y la calidad de vida de las personas de mediana edad y de edad avanzada.
    Es probable que parte de la carga sintomática pueda atenuarse mediante la práctica de ejercicios regulares y de un estilo de vida activo. Así lo indica el hecho de que el sobrepeso constituya un importante factor de riesgo en la aparición de síntomas de enfermedad y la degeneración de las articulaciones y de que la actividad física regular contribuya a la prevención del aumento de peso.
    En el mencionado informe no se opina sobre el papel desempeñado por la actividad física en la prevención primaria y secundaria del dolor lumbar, cuello y hombros.
    Los datos científicos actuales indican que los ejercicios que fortalecen los músculos de la parte inferior del tronco y mejoran la capacidad aeróbica tienen un ligero efecto preventivo sobre el dolor lumbar mecánico (Lahad y cols. 1994, Vuori 1995). No obstante, no existe un acuerdo generalizado acerca de los objetivos específicos ni del contenido de los programas de ejercicio para la prevención primaria o secundaria de tales molestias (Deyo 1998). Puesto que los episodios de dolor lumbar son muy habituales entre la población, resulta esencial determinar el papel de la actividad física en la prevención de este tipo de síntomas. 
    La mayoría de los casos de dolor de cuello y hombros se deben a la tensión de los músculos cervicales. La experiencia empírica fundamenta la idea de que un aumento de la fuerza y la resistencia muscular y una mejora de la relajación de los músculos contribuyen a la prevención y el tratamiento de estos trastornos. Los resultados de las escasas evaluaciones científicamente válidas de la eficacia de los programas de ejercicios dirigidos al tratamiento de estos síntomas han sido favorables en parte (Jordan y Mehlsen 1993), pero los ejercicios de baja intensidad no han resultado eficaces.

 Dada la frecuencia y el aumento de este tipo de dolores, el valor de la actividad física en su prevención y su tratamiento debe ser objeto de estudios exhaustivos.
    Con respecto al sobrepeso y la obesidad se establece que: 
    Un nivel de actividad bajo, que da lugar a la utilización de un número de kilocalorías inferior al consumido, contribuye a la elevada prevalencia de la obesidad.
    La actividad física puede afectar favorablemente a la distribución de la grasa corporal.
    El papel de la actividad física en la prevención del sobrepeso y la obesidad y en la recuperación de peso tras su reducción es esencial.
    El sobrepeso es muy frecuente y aumenta en las poblaciones del mundo.
    El sobrepeso es un factor de riesgo muy importante y causa de muchas enfermedades comunes como la cardiopatía coronaria, el accidente cerebro vascular, la diabetes, la artrosis, el dolor lumbar y algunos cánceres, además de numerosos problemas psicológicos y sociales (Carballo, C. 2007).
    Los estudios demuestran de manera convincente que, sin una actividad física regular, el control del peso suele resultar imposible de lograr (Byerss 1995). El grado de actividad necesario, por ejemplo, para mantener el peso después de haberlo perdido es considerable, en torno a los 80 minutos diarios de ejercicio moderado o a los 35 minutos al día de práctica intensa en el caso de un estilo de vida sedentario. No obstante, ese número de minutos puede alcanzarse mediante la acumulación de períodos de tiempo de menor duración durante el día, adoptando un estilo de vida físicamente activo.
    Para considerar la enfermedad cardiovascular se resumen los
resultados de numerosos estudios:
    La actividad física regular y la aptitud cardiorrespiratoria reducen el riesgo de mortalidad por enfermedad cardiovascular en general y por cardiopatía coronaria en particular. Los datos disponibles no permiten obtener conclusiones definitivas respecto a la relación entre la actividad física y el accidente cerebro vascular.
    El nivel de reducción del riesgo de cardiopatía coronaria atribuible a la actividad física regular es similar al de otros factores relacionados con el estilo de vida, como la abstención del tabaquismo.
    La actividad física regular previene o retrasa el desarrollo de la hipertensión arterial y mejora la situación de las personas que ya la padecen. 
    Continúan acumulándose datos convincentes sobre el efecto de la actividad física en la reducción del riesgo de desarrollo de cardiopatías coronarias, de sus manifestaciones clínicas y de la mortalidad que provocan. Se observa una evolución similar en cuanto a la relación entre la actividad física y el riesgo de accidente cerebro vascular (Lindenström y cols. 1993, Shinton y Sagar 1993, Manson y cols. 1995, Gillium y cols.
1996, Shinton 1997). 
   
Las ventajas potenciales de una promoción eficaz de la actividad física en la prevención de las enfermedades cardiovasculares  son importantes, ya que estos trastornos son comunes, la reducción de riesgo es sustancial y comparable al efecto que producen otras medidas preventivas, y la falta de una actividad física suficiente también es habitual. Se han formulado varias recomendaciones sobre la actividad física encaminada a la prevención de enfermedades cardiovasculares. Se ha tendido a hacer un mayor hincapié en la cantidad total, la elevada frecuencia y la moderada   intensidad de la actividad.     Comparada con la imposición de una   intensidad   elevada, esta recomendación puede ofrecer una alternativa más   motivadora,   viables y segura para la mayoría de los adultos.    

Prof. Casiano Carballo.

* Profesor Universitario en Educación Física.

* Técnico en Deportes.

* Entrenador Personal.

casianocarballo@hotmail.com