martes, 4 de junio de 2019

“Actividad Física, Deporte y Salud” “Desarrollo Psicomotor”

"Actividad Física, Deporte y Salud"
"Desarrollo Psicomotor"

El desarrollo psicomotor en los primeros años de vida es fascinante. Desde que nacen,
los bebés van desarrollando su sistema motor, sus movimientos y el modo en el que
manipula su entorno, a un ritmo muy rápido y continuo. La maduración del sistema
nervioso, responsable del desarrollo motor, tiene un orden preestablecido y por ello el
desarrollo tiene una secuencia clara y predecible, aunque no sea exacta en cada bebé y
niño, ya que depende de factores diversos.
Las capacidades motoras que los bebés y niños tienen hasta los tres años de edad, una
guía de lo que "deberían" ser capaces de hacer, aunque puede haber diferencias en
cuanto al ritmo del desarrollo.

Desarrollo Neuromotor
Es importante marcar que el ser humano se relaciona con el medio a través del
movimiento, pero éste solo es posible si la orden se transmite correctamente desde el
cerebro, que es el motor de la motricidad humana.
El impulso se origina en el SNC y es conducido por las vías motoras a los músculos, es
decir, a los órganos efectores del movimiento.
Resulta evidente que un niño no puede llevar a cabo determinadas actividades debido a
que posee un sistema nervioso aún incompleto.
Durante los últimos meses de embarazo y los primeros años de vida, se va a ir dando el
proceso de mielinización, fundamental y responsable del ajuste, la adecuación y rapidez
de los movimientos.

Este proceso consiste en la formación de una vaina de mielina alrededor de la célula
nerviosa, que va a permitir que la información que se transmita a través de las neuronas
y las conexiones en los centros del cerebro sea más rápida, completa y eficaz.
Al nacer, la mielinización sólo alcanza los centros subcorticales, haciendo del recién
nacido un ser de respuestas involuntarias, automáticas y reflejas, que reacciona a la
estimulación con movimientos que no puede controlar.
A medida que se va perfeccionando el S. N. el proceso de mielinización alcanza las
zonas del córtex, el niño puede llevar a cabo actos conscientes y voluntarios, es decir,
ejercer un control de sus propios movimientos.
Los órganos efectores de nuestros movimientos son los músculos.
Ellos realizan la actividad muscular cuando la energía nerviosa generada en el cerebro
se transforma en energía mecánica.
La actividad muscular puede ser:
• Estática o tónica
• Dinámica o cinética.

Estática o tónica; relacionada con la tonicidad de los músculos.

El tono es el grado de tensión de los músculos, que permite organizar gestos, controlar
los movimientos, modificar posturas, y mantener una actitud equilibrada.
Un mal funcionamiento de los centros reguladores del tono produce anomalías en él, en
las posturas, en el equilibrio y en el movimiento, por lo que aparece atonía, hipertonía e
hipotonía y otras patologías.

Dinámica o cinética; Hay que señalar que cada uno de nuestros movimientos es un acto
motor.
Los comportamientos motores nos permiten clasificar los movimientos en 3 grupos:
• Movimientos Reflejos
Es la forma más simple de motricidad. Son los movimientos innatos. La primera
manifestación motriz del recién nacido.
Entre otros están los reflejos de: succión, prensión, andar automático. La ejecución de
los movimientos reflejos no es consciente, están regulados por la médula y por el tronco
cerebral. Debe desaparecer para dar paso a los movimientos voluntarios y controlados.
• Movimientos Voluntarios

Son intencionales, por tanto antes de ejecutarlos se han de representar mentalmente.
Para su ejecución se requiere la coordinación de varios músculos, a fin de alcanzar el
objetivo propuesto. Su control depende de la corteza cerebral.
• Movimientos Automáticos
Son movimientos inicialmente intencionales, y por tanto voluntarios, que a base de
repetirlos muchas veces se automatizan y no requieren representación para ejecutarlos.
Precisan poca atención y poca energía. La realización continuada de movimientos
voluntarios se integra de forma automática convirtiéndose en hábitos, de esta forma se
ahorra energía a la hora de interpretar y realizar movimientos.
Son ejemplos: escribir, caminar, andar en bicicleta.
La actividad motriz evoluciona desde los actos reflejos y movimientos incoordinados y
sin una finalidad hasta los movimientos coordinados y precisos de los actos voluntarios
y de los automatizados.

Citas Bibliográficas:

 Carballo, C. "Actividad Física y Salud, Conocimientos Teóricos – Prácticos en
la Génesis de la Educación Física". Ediciones Del Clé. ISBN: 978-987-3755-12-
5. Nogoyá Entre Ríos. 2015.
 Massion, J. et al. "Cerebro; estructuras". Publicaciones INDE. Universidad de
Francia. (2009).

Prof. Lic. Casiano Carballo
 Licenciado en Actividad Física y Deporte
 Especialista en Actividad Física y Salud
 Docente de la FCVyS UADER

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